los tercios no se rinden

Descubre la historia de los tercios españoles y su firme convicción no rendirse nunca

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"El relato de la resistencia de los Tercios durante el asedio de Amberes y la batalla de Empel" narra los eventos sobresalientes de este importante periodo histórico a través del testimonio de don Alonso Vázquez, un capitán español que presenció directamente estos acontecimientos. A pesar de ser episodios gloriosos de nuestra historia, con el tiempo han sido olvidados o incluso tergiversados por una propaganda partidista. Pérez-Foncea, con su estilo dinámico y basado en una amplia documentación previa de éxitos literarios como "El héroe del Caribe" o "Invencibles", rescata del olvido los momentos más relevantes de esta época épica. Entre ellos, el autor explica el llamado "Milagro de Empel", un hecho poco conocido por los españoles contemporáneos, y la razón por la cual la Virgen, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, se convirtió en la patrona de España en 1760. Como se descubrirá, este patronazgo tiene su origen en un sorprendente milagro que tuvo lugar en la ciudad holandesa el 8 de diciembre de 1585, en una situación de gran peligro para las tropas españolas.

Los Tercios españoles: una fuerza imbatible

Durante los siglos XVI y XVII, España contaba con una de las fuerzas militares más temidas y respetadas de Europa: los Tercios. Estos soldados de infantería eran conocidos por su valentía, disciplina y habilidades en combate, convirtiéndolos en una fuerza imbatible en el campo de batalla.

Pero, ¿qué hacía a los Tercios tan especiales? En primer lugar, se caracterizaban por su organización y estructura. Cada Tercio estaba formado por unos 3000 soldados, divididos en compañías de 250 hombres. Además, contaban con una amplia variedad de armas y una táctica de combate muy efectiva.

Otra de las razones por las cuales los Tercios eran tan temidos era su férrea disciplina. Los soldados eran entrenados desde jóvenes en un estricto código de conducta que les inculcaba el valor, la lealtad y el respeto por sus superiores. Esto se reflejaba en el campo de batalla, donde los Tercios seguían las órdenes al pie de la letra y no mostraban miedo ante el enemigo.

Además, los Tercios se destacaban por su políticas de igualdad. A diferencia de otras fuerzas militares de la época, los Tercios no discriminaban a sus soldados por su origen o religión, lo que les permitía contar con una gran diversidad de tropas y una fuerte cohesión entre sus miembros.

Finalmente, no podemos olvidar la importancia de los líderes en los Tercios. Estos soldados eran dirigidos por comandantes experimentados y estrategas brillantes, como el famoso Maestre de Campo Ambrosio Spínola o el Capitán General Álvaro de Bazán.

A pesar de que su época de gloria quedó en el pasado, su legado sigue vivo y continúa siendo una fuente de orgullo para España y una referencia en la historia militar europea.

El asedio de Amberes: una prueba de resistencia

En la historia de Bélgica, uno de los acontecimientos más relevantes y trascendentales fue el asedio de Amberes durante la Guerra de los Ochenta Años, entre los años 1584 y 1585. Esta ciudad portuaria, ubicada en el norte de Flandes, se convirtió en escenario de una batalla que pondría a prueba la fortaleza y resistencia de sus habitantes.

El contexto histórico

En el siglo XVI, los Países Bajos se encontraban bajo el dominio español del rey Felipe II, quien intentaba imponer el catolicismo como religión única en estas tierras. Sin embargo, gran parte de la población de Amberes era calvinista y se opuso a esta política, lo que desencadenó el conflicto que se prolongaría por décadas.

El asedio

El asedio de Amberes fue emprendido por el ejército español comandado por el Duque de Parma. Durante un año, los soldados intentaron tomar la ciudad por tierra y por mar, mientras los habitantes resistían valientemente desde las murallas. Las condiciones de vida dentro de Amberes eran desesperantes, con escasez de alimentos y enfermedades. Sin embargo, la población se mantuvo firme en su lucha por mantener su libertad.

Un final inesperado

Finalmente, el 17 de agosto de 1585, el ejército español logró entrar a la ciudad después de romper las murallas con explosivos. Se estima que alrededor de 17.000 personas murieron durante el asedio, ya sea por combate o por enfermedades. La ciudad fue saqueada y sus habitantes sufrieron represalias por haberse rebelado contra el rey.

Un símbolo de resistencia

A pesar de la derrota, el asedio de Amberes se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la resistencia frente a la opresión. La valentía y determinación de los habitantes de esta ciudad inspiró a otros pueblos a seguir el ejemplo y continuar la lucha por su independencia.

Conclusión

El asedio de Amberes fue una prueba de resistencia que marcó la historia de Bélgica y de Europa. Aunque terminó en una derrota, su legado sigue vigente como un recordatorio de la importancia de la libertad y la lucha por los derechos individuales y colectivos.

La batalla de Empel: un ejemplo de valor y lealtad

El 7 de diciembre de 1585 tuvo lugar una de las batallas más importantes de la Guerra de los Ochenta Años: la Batalla de Empel. Este enfrentamiento entre las tropas españolas y las rebeldes holandesas es recordado por ser un ejemplo de valor y lealtad.

El ejército español, liderado por el general Ambrosio Spínola, se encontraba en una situación desesperada. Las tropas holandesas superaban en número a los españoles y tenían el dominio de las aguas. Sin embargo, el general Spínola no se rindió y decidió luchar hasta las últimas consecuencias por lealtad a su rey y su país.

Los soldados españoles, a pesar de estar en clara desventaja, demostraron un gran valor en el campo de batalla. Sabían que no podían permitirse mostrar debilidad frente al enemigo y lucharon con todas sus fuerzas, demostrando su lealtad a España y a su comandante.

La Batalla de Empel fue una dura contienda que duró varias horas, pero al final los españoles lograron la victoria. Gracias al valor y la lealtad de sus soldados, el general Spínola pudo derrotar al enemigo y asegurar una importante posición estratégica en la guerra.

Este ejemplo de valor y lealtad en la Batalla de Empel sigue siendo recordado hoy en día como una muestra del espíritu de sacrificio y compromiso con el país que caracterizaba a los soldados españoles. Un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, siempre debemos luchar con coraje y lealtad.

Conociendo a don Alonso Vázquez: un líder en tiempos difíciles

En la historia de nuestro país, siempre ha habido grandes personalidades que han marcado la diferencia en momentos de crisis y desafíos. Uno de ellos es don Alonso Vázquez, un líder que supo guiar a su pueblo en uno de los momentos más difíciles de su historia.

Nacido en una familia humilde, desde temprana edad se destacó por su carisma y habilidad para liderar a sus compañeros. A pesar de no contar con una educación formal, don Alonso aprendió de forma autodidacta y adquirió conocimientos en diversas áreas.

Durante su juventud, nuestro país atravesaba una situación política complicada, con conflictos internos y problemas económicos. Don Alonso, consciente de su responsabilidad como ciudadano, decidió involucrarse en la lucha por un país mejor.

Con su carisma y su habilidad para comunicarse, logró unir a distintos grupos y liderar una gran movilización pacífica en favor del cambio. Su liderazgo fue clave para conseguir importantes avances en materia de derechos y libertades para todos los ciudadanos.

Pero su verdadera prueba como líder llegó en tiempos aún más difíciles. Una crisis económica afectó gravemente al país y la población se encontraba sumida en la desesperación. Don Alonso, junto con su equipo, trabajó incansablemente para encontrar soluciones y dar esperanza a su pueblo.

Con su ejemplo, logró motivar y unir a la población, y gracias a su visión y determinación, lograron superar la crisis y salir fortalecidos. Don Alonso Vázquez se convirtió en un líder admirado por su valentía, su compromiso y su capacidad de enfrentar los desafíos más difíciles.

Su legado permanece en la historia y es recordado como un símbolo de unidad y resiliencia en momentos de crisis. Sin duda, don Alonso es un ejemplo para todos aquellos que aspiran a ser líderes en tiempos difíciles, demostrando que con determinación, podemos superar cualquier obstáculo y alcanzar grandes metas.

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